13/8/16

A dónde va nuestra alma mientras dormimos?



Mucha es la gente  que ha tenido alguna experiencia de estar en peligro, o al borde de tener un accidente, o estar distraído, y siente de pronto que alguien le advierte a tiempo, con una palmada, un suave empujoncito, una voz que sugiere que preste atención, etc.
Realmente iba a suceder  un incidente, pero logra  evitarlo. La persona en cuestión mira a un lado, al otro, y no hay nadie. Habia alguien? En forma física tal vez no. Luego vienen los razonamientos,  seguro que me lo imagine, otra vez con mis fantasías, me estaré volviendo loca? Juraría que había alguien!! 
Se pudo haber ido tan rápido?
Cuando las suposiciones de que haya sido alguien de carne y hueso se terminan, generalmente se lo atribuimos a los ángeles o arcángeles, aunque estos seres de luz están demasiado ocupados como para estar siguiendo gente en apuros.
El gran teósofo Charles Leadbeater, discípulo del maestro tibetano, denomina esos seres del plano astral protectores invisibles, que pueden ser devas, espíritus elementales, personas que han fallecido, adeptos y sus discípulos, aunque todos los mencionados intervienen muy pocas veces, en el caso de los adeptos y devas es porque requiere demasiado gasto de energía para ellos bajar hasta nuestra vibración, pudiendo ser otro el que se ocupe y que se encuentre en los primeros peldaños del camino espiritual.
Entonces, si casi vamos descartando a todos, quien nos queda???
Nos quedan  hombres y mujeres ubicados en cierto grado de su evolución, pero no la evolución de los adeptos que se ocupan de obras mas trascendentales. Entonces vemos que la acción protectora en el plano astral y en los mentales inferiores, pertenece principalmente a los discípulos de los maestros, a hombres y mujeres que, todavía distantes del adeptado, se han desenvuelto hasta el punto de actuar conscientemente en dichos planos.  
Algunos de ellos ya alcanzaron el último peldaño que sirve de eslabón entre la conciencia física y la de más altos niveles, teniendo asi la ventaja de recordar en estado de vigilia lo que hicieron y aprendieron en otros mundos; pero también hay muchos que aunque todavía son  incapaces de dilatar su conciencia hasta el punto de mantenerla constantemente, pero no por eso desperdician las horas en que ellos creen que duermen, sino que las emplean en obras de servicio al prójimo.
Como es que sucede esto?
Sabemos que cuando una persona fallece, el cuerpo físico se desecha para siempre y en la próxima encarnación adquiere uno nuevito, un cero km; pero también sabemos que  dejamos nuestro cuerpo fisico temporalmente cada noche durante el sueño; porque dormir no es otra cosa que actuar el verdadero hombre en su cuerpo astral, fuera del físico. En el caso de la muerte, se corta el cordon de plata que une a nuestra alma con el cuerpo, y en el segundo caso, el cordón de plata permanece intacto, unido a nuestro cuerpo. Los que recién empiezan a vivenciarlo les da miedo los viajes astrales y se despiertan enseguida, porque les recuerda la muerte
Muchos de nosotros somos capaces de realizar a diario, con plena conciencia, esta elevación del alma, pasando a voluntad de uno a otro plano.
Pero el hombre que todavía no ha desarrollado ese puente entre las conciencias física y astral, es incapaz de salir voluntariamente de su denso cuerpo orgánico, y tampoco de recordar lo que le ha sucedido fuera de él; pero no obstante, lo cierto es igual lo abandona cada vez que duerme.
En estos casos, su alma permanece por lo general flotando muy cerquita de su cuerpo físico, poco menos dormido que éste, como  soñoliento, y no es  posible apartarlo de la cercanía con  el cuerpo físico  sin riesgo de producir alguna perturbación que lo despierte.
Pero, según evoluciona el hombre, su cuerpo astral va definiéndose con mayor conciencia y llega a ser su más cómodo vehículo. En las personas instruidas y entrenadas es bastante considerable el grado de conciencia, y por poco desarrollo espiritual que un hombre tenga, su cuerpo astral se  va desarrollando también. Pero aunque durante el sueño sea plenamente consciente en el plano astral y capaz de moverse en él a su albedrío, no  quiere decir que esta listo para sumarse a la fraternidad de servidores.
La causa por la cual aun no están mas evolucionados es porque todavía se encuentran muy aferrados a su círculo de pensamientos (pensamientos que se originaron muchas veces en las horas de vigilia), como cuando vemos a alguna persona por la calle tan encerrado en sus pensamientos que se abstrae por completo del entorno.
En parte es mejor que sea así, porque en el plano astral seguramente se va a conectar con la parte fea y oscura que da miedo. En alguna  ocasión puede llegar a salir gradualmente por sí mismo de esta ensoñación y despertar en el mundo astral, viéndolo tal como es, pero si fuese asi, por lo común permanece ria en estado de somnolencia, hasta que algún servidor activo lo agarra de la mano y lo despierta.
Aun cuando una persona eligiese formar parte del grupo de protectores, ya que en ningún plano hacemos nada que no este aprobado por nuestra consciencia,  tampoco implica que  necesariamente nos acordemos durante la vigilia lo que se hizo en el sueño. Esta facultad es adquirida por el hombre por sí mismo, y en la mayor parte de los casos no llega a poseerla hasta años después y quizá ni en toda la vida. Por suerte, este vacío de memoria cerebral no impide en modo alguno la acción fuera del cuerpo físico; lo verdaderamente importante es que la obra se realice aunque no la recordemos.  

Qué tipo de servicio hacemos?
Todo lo que podamos hacer en el plano astral apunta a impulsar, aunque sea débilmente, el proceso evolutivo de la raza. Ocasionalmente se relaciona con el desenvolvimiento de los mundos inferiores, que es posible acelerar ligeramente bajo determinadas condiciones. Los maestros reconocen que tenemos un deber hacia los mundos elemental, vegetal y animal, cuyo progreso en algunos casos sólo se realiza por medio de sus relaciones con el hombre. Pero naturalmente, la mayor y más importante parte de esta acción está relacionada, de uno u otro modo, con el género humano. Los servicios prestados son de muchas y varias clases, aunque principalmente concernientes al desarrollo espiritual del hombre, pues como al principio dijimos, son rarísimas las mediaciones con algún propósito material.
Algo que tenemos que tener bien claro, es que jamás se nos va a pedir que hagamos nada para lo cual no estamos preparados, y ademas esta en nuestro libre albedrío el aceptarlo o no. Los maestros jamás obligan.

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