"Estaban un Maestro Zen y su discípulo -un pintor reconocido y con mucho talento-, cuando éste le comenta que tenía la intención de pintar bambúes. El Maestro le responde que para poder pintarlos debía primero ser un bambú. Conviértete en uno, le dijo. Ve al bosque y vive entre ellos antes. ¿Cómo puedes pintar un bambú si no sabes lo que siente en su interior?"
Aunque
hay muchos estilos de meditación, se distinguen dos enfoques principales: la
meditación que carece de un objetivo específico y la meditación que sí lo tiene.
Las dos deben ser vividas, no teorizadas.
La primera clase de meditación es la atención
consciente pura, que no guarda relación alguna con una sensación, idea o
fenómeno en particular, esta es la Meditación ZEN.
¿Qué logramos con la Meditación Conciente?
La meditación como observación consciente, es un proceso que consiste en enfocar la atención de la
conciencia subordinando a la mente.De esta manera, podremos transmutar, trabajando sobre nuestro subconsciente, cualquier dejo de rabia, ira, egoísmo, lujuria, resentimiento, rencor, etc. allí alojados, los cuales son la causa de nuestras frustraciones, bloqueos en cualquier área, infelicidad y falta de disfrute de la vida.Al principio, meditar puede requerir un gran esfuerzo. Tras vivir 30, 40 ó más años de forma errónea, repitiendo mecánicamente hábitos nocivos, manteniendo siempre la misma estructura de pensamiento y paradigmas ya caducos, es un sacudón para el cuerpo y, al movilizar los centros de energía bloqueados pueden aparecer algunos dolores hasta recuperar la vitalidad.Pero sólo el discípulo que persiste en su trabajo interno con disciplina y entusiasmo recibirá múltiples bendiciones: la paz, el amor, el gozo, el poder y la sabiduría del Universo Infinito.
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