28/8/12

Victimitis o Creatividad?


Un paradigma es un marco de pensamiento, una especie de estructura mental con la que se le da  explicaciones a ciertos aspectos de la realidad.
En la historia de la humanidad, ningún cambio de paradigma se ha integrado de forma instantánea en la conciencia colectiva, emergen lentamente, levantando al principio fuertes resistencias y respetando el tiempo de evolución e integración de la conciencia humana.
El aparente nuevo paradigma que se está dando en la sociedad es el de responsabilidad-atracción-creación, el cual emerge poco a poco debido a su complejidad y sutilidad, ya que se requiere mucha reflexión, auto-observación y práctica. Al individuo que lo logre comprender e integrar, le proporcionará una gran apertura, una nueva libertad y un contacto más directo con el poder de su ser.

<<DESPUÉS DE DARSE CUENTA DE LA EXISTENCIA DE UN SER SUPERIOR Y DE SU PROPIA UNIÓN  CON ESE SER, EL HOMBRE ES  LIBRE Y PERFECTO. ANTES DE PERCATARSE DE ESE SER, EL HOMBRE TAMBIÉN ES LIBRE Y PERFECTO, SÓLO QUE NO LO SABE.>>

Antes de llegar a poder incorporar este modelo de pensamiento, se deben erradicar las viejas estructuras que se vienen acarreando de vida en vida, convertidas en malos hábitos totalmente cristalizados en la mente concreta. Quedan como programaciones construidas en el pasado, que intentan a toda costa asegurar la supervivencia de la personalidad. Y así, llegamos a creer que nuestra percepción de la realidad y la realidad, son lo mismo.
Pero la evolución de la conciencia se hace por medio del tránsito de un contexto de pensamiento estrecho a uno más amplio y más inclusivo.

<<EL ESPÍRITU ES COMO UN PARACAÍDAS. SÓLO NOS SALVA CUANDO SE ABRE>>


Una de estas estructuras mentales cristalizadas, fuente principal de la negatividad, es el estado de ánimo de víctima, característica de la personalidad que actúa como barrera no permitiendo que el alma se exprese. La persona no sólo no selecciona las impresiones que recibe, sino que las alimenta y las repite como un mantra negativo, el cual queda grabado a fuego en lo más profundo de su mente.

¿Te identificás con algunas de las siguientes expresiones?

+Pobre de mí, soy una persona débil y vulnerable en un mundo hostil, injusto y peligroso.
+Nunca he tenido suerte en la vida.
+Es muy difícil obtener lo que uno quiere en la vida.
+Lo único que queda es luchar, protegerse y defenderse de los demás.
+La culpa es de los demás.
+Yo tengo razón, pero nadie valora lo que digo o hago.
+Hay que desconfiar de la gente. Nunca se sabe cuándo te van a clavar el sable por la espalda.
+Si me quisieras, deberías…
+Vivo sacrificándome por los demás, pero la gente es muy ingrata.
+Solamente a mí me suceden estas cosas.  (estribillo: pobre de mí, pobre de vos, lamentémonos y denigrémonos juntos).
+Alguien me puede ayudar por una vez en la vida, por favor!
+Ahora me van a pagar todas las que me hicieron, ya van a ver!
+No te rías, la vida no tiene ninguna gracia.
+No es fácil triunfar, es sólo para los que tienen suerte.
Etc.,etc.,etc.
La mayor parte de la gente no se da cuenta de que sufre de victimitis, ya que todo el mundo es como uno. La victimitis es un anquilosamiento de ciertos sistemas mentales, que acarrea  consecuencias muy desagradables, muchas veces trágicas. Es una enfermedad contagiosa y sólo puede ser curada por la misma persona afectada una vez que se ha dado cuenta de su estado y de lo que éste le cuesta. 
La  <víctima> obtiene con su comportamiento atención de los demás, justificaciones  para no hacer nada que no quiera, vengarse de los demás, la ilusión de que está en lo correcto y tiene la razón, evadirse de sentir culpa ya que la culpa es siempre de los demás, manipular a los otros y no responsabilizarse de sus propias decisiones.

Cuando estamos bajo el dominio de la Victimitis.

El virus de la victimitis puede producir estrés, ansiedad, miedo, inseguridad, represión de la cólera, frustración, agresividad, profunda insatisfacción permanente, miedo al engaño, crítica, juicios y reproches, quejas o gemidos continuos que alimentan la depresión y la desesperación o su rabia y agresividad, desconfianza, separatividad, soledad, rencor, incapacidad de amar, ausencia de sabiduría, incapacidad de cooperar, fracaso, falta de discernimiento y objetividad, complejo de persecución, exigencias y la sensación de que los demás le deben algo (por lo tanto decepción), la impresión de vivir un martirio, vulnerabilidad, injusticia, incapacidad para recibir o apreciar lo que recibe, deseos de venganza , falta de autoestima, incapacidad de captar la belleza y de gozar, cansancio, enfermedades, mucho trabajo, poco éxito y ninguna diversión.

<<Nada puede presentársenos en nuestro universo sin el consentimiento de nuestra conciencia. >>

Cómo tomar el control de nosotros mismos.

El primer paso hacia la curación de la victimitis es reconocerla en uno mismo, observarse y anotarlo cada vez que se repite, lo cual  ayuda a  desactivar la programación.

Cobrar conciencia de los pensamientos y las creencias que alimentan esas emociones. Seleccionar las impresiones que recibimos, no alimentar la crítica y reemplazar los pensamientos negativos por positivos.

La persona afectada de victimitis piensa que sus estados emocionales son debido a los comportamientos de los demás o a las circunstancias, por lo tanto es necesario comprender que somos nosotros los únicos responsables de lo que nos sucede. El hacernos cargo de nuestros estados emocionales nos permite una apertura real hacia los otros, libre y conciente, mientras que el reproche nos pone en una situación de temor y de impotencia.

Este proceso de transmutación y evolución puede darse de dos formas:
1)   La forma lenta, mediante la continua repetición de vidas, experiencias y encarnaciones físicas hasta que el hombre sea dirigido escalón por escalón hacia un proceso evolutivo.
2)  La forma rápida, gracias a la cual un ser humano se hace cargo de sí mismo de una forma clara y produce en él, por su propio esfuerzo, un nuevo estado de desarrollo espiritual.

Comprendiendo que somos responsables de nuestros actos, pensamientos y emociones,  que somos la fuente creadora de todo lo que nos sucede y se nos presenta en nuestra vida, y que atraemos lo que nos merecemos, es como podremos realmente evolucionar.


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